¿En qué consiste?
La osteopatía es una terapia manual, que aplica una serie de técnicas orientadas a la normalización de las funciones alteradas en el paciente, buscando así la recuperación de las lesiones músculoesqueléticas y las patologías orgánicas.
La osteopatía hace un abordaje integral del sujeto, viendo al paciente como un todo. Parte de la base de que el cuerpo está totalmente interrelacionado y que una disfunción puede generar un problema a distancia por las relaciones anatómicas y funcionales del organismo. Por tanto, no solo trata el sistema sino que se interesa por el verdadero origen del problema resolviendo la lesión primaria para que el problema no vuelva a aparecer.
El osteópata, basándose en el historial médico del paciente, valora mediante la palpación y una serie de test específicos las restricciones al movimiento en articulaciones y tejidos.
Una vez definido el origen del problema, realizará manipulaciones orientadas a devolver la movilidad a las disfunciones, para así recuperar las funciones normales del cuerpo.
Podemos dividir la osteopatía en tres esferas que están íntimamente relacionadas:
- Osteopatía estructural. Aborda la patología del aparato locomotor (esguinces, cervicalgias, lumbalgia, problemas discales, contracturas, tendinitis, etc.
- Osteopatía craneal. Trata las disfunciones liberando las tensiones membranosas de las meninges y que afectan a nervios craneales, arterias, glándulas, etc. De esta manera tratamos las cefaleas, neuralgias, migrañas, problemas de A.T.M., etc.
- Osteopatía visceral. Tratamiento de los tejidos relacionados con las vísceras: músculos y membranas que la mantienen y que si sufren un aumento tensional pueden afectar a la movilidad de las mismas. El tratamiento va orientado a normalizar dicha tensión para recuperar movilidad y normalizar su función. Es útil en problemas digestivos y ginecológicos.